“Como responsable de Recursos Humanos con muchos años de experiencia me he encontrado demasiadas veces con excelentes candidatos que no saben “venderse”. Personas con grandes cualidades que quedan casi ocultas debido a que la presión por demostrar sus habilidades técnicas (algo que ya damos por hecho gracias al currículum) no les permite sacar a relucir las aptitudes que les hacen destacar.
Por ejemplo, cuando pedimos un perfil técnico, dedican casi toda la entrevista a demostrar algo común a todos los candidatos: destreza en este programa o experiencia en esta otra parcela del sector. Y, sin embargo, no explican sus grandes cualidades de comunicadores, líderes o solucionadores que les convierten precisamente en eso que estamos buscando, habilidades que son conocidas como competencias transversales o soft skills.
Desde el otro lado de la mesa, aquí van algunos consejos sobre en qué nos fijamos los seleccionadores para que tu currículum y entrevista te lleven al éxito.
1. Actitud positiva
De entre las soft skills, la actitud positiva es, sin duda.
Las empresas quieren empleados que ante cualquier problema vean un reto, que afronten las situaciones como solucionadores, que se relacionen con los demás con empatía y entendimiento.
A lo largo de la entrevista muchas de mis preguntas no buscan una respuesta correcta sino la actitud correcta. Cuando te preguntamos cómo solucionarías el retraso de un proveedor o un malentendido con otro miembro del equipo, no estamos buscando que la solución que propongas sea exactamente la que se aplica en la empresa. Sabemos que todavía no conoces esos detalles. Lo que queremos saber de verdad es si tu actitud es la adecuada, si eres una persona “que suma”.
2. Trabajo en equipo
En todos los estudios realizados sobre las habilidades más valoradas por las empresas, el trabajo en equipo está siempre entre los primeros puestos.
Si en tu proceso selectivo se incluyen dinámicas de grupo, recuerda que lo que se va a evaluar es, en esencia, cómo interactúas con otros. Quizá te digan que quieren valorar cómo defiendes un argumento o cómo gestionas una crisis a través de un juego de rol, no es cierto. La verdad es que, en lo que nos fijaremos, es en si escuchas las opiniones de otros, si muestras empatía, cómo te comunicas, si eres capaz de ceder y llegar a un compromiso.
Las dinámicas de grupo en la selección de personal SIEMPRE buscan evaluar la capacidad de trabajo en equipo. Tenlo en cuenta y no te distraigas.
3. Autenticidad
Algunas personas pueden creer que es una buena idea “engordar” el currículum, o colar “inexactitudes”. Algún candidato ha llegado a decirme “todo el mundo disfraza o maquilla un poco”.
Mi consejo: no lo hagas. No solo porque, con toda probabilidad lo acabaremos descubriendo y eso habrá puesto fin a tu proceso sino porque, en estos tiempos, los perfiles de los candidatos quedan archivados y esa mentira quedará como una mancha indeleble.
Muy al contrario, apreciamos enormemente a los candidatos que se muestran como son. La naturalidad es un plus. Toda capacidad técnica se puede aprender, pero la sinceridad va en la esencia de uno mismo.
4. Motivación
Me sigue sorprendiendo que la mayoría de los candidatos no investiguen las cuestiones clave de la empresa para la que pretenden trabajar. En mi experiencia, los solicitantes que no muestran interés son inmediatamente eliminados mientras que los que demuestran pasión por los proyectos actuales o curiosidad por el recorrido de la empresa, se colocan entre los favoritos.
No tengas miedo a demostrar tu interés. No eres un candidato más, te has tomado tu tiempo en estudiar a la compañía, sus proyectos, cómo le va en el mundo empresarial y quiénes son sus líderes.
No se trata de avasallar con preguntas o elogios que parezcan peloteo, sino de, por ejemplo, interesarse sobre qué metodología se está usando en el “nombre del proyecto actual” a propósito de alguna pregunta relacionada con destreza en metodologías. Es más, cuando realizo una entrevista, siempre introduzco alguna pregunta de este tipo para cerciorarme de que el candidato sabe dónde está.
¡Haz tus deberes! En tiempos de Internet no hay excusa para no investigar un poco sobre hacia dónde te diriges.
5. Capacidad de aprendizaje y adaptación
Es posible que tengas mucha formación y años de experiencia. Eso es importante. Pero, no te engañes, nunca des a entender que tu aprendizaje ha finalizado. Al contrario, resalta tu vocación de seguir aprendiendo y que eres consciente de que todo cambia y lo valoras como algo positivo.
Es otra de esas competencias blandas imprescindibles: la capacidad de adaptación.
6. Responsabilidad y ética profesional
No escatimes esfuerzos en demostrar que eres una persona cumplidora y fiable. Queremos saber que el proyecto que se te confíe saldrá adelante, con la calidad adecuada y en el plazo acordado.
Las empresas no quieren empleados que necesiten “niñera”, sino personas responsables en las que poder confiar.
7. Polivalencia
Por muy específico que sea el puesto de trabajo ofrecido, nadie quiere a una persona que solo sirve para una cosa.
Incluso cuando la especialización es clave, a la hora de elegir entre los candidatos finalistas, siempre nos vamos a decantar por aquella persona que va a poder adaptarse a nuevos entornos o tareas.
En conclusión, no olvides que la mayoría de las personas que se presentan a un puesto de trabajo lo hacen porque tienen la titulación y la experiencia mínima requeridas. Así que ese no será el aspecto en el que los seleccionadores nos centraremos. Sin olvidar dejar claro que eres un gran profesional, céntrate en demostrar que tus habilidades blandas o soft skills, te convierten en la mejor opción para la empresa: el que más aportará al equipo, el que transformará cualquier reto en una solución, el que limará asperezas, el que es garantía de cumplimiento. Esa es la persona que queremos.