Los bancos son entidades que realizan operaciones financieras con el dinero de accionistas y clientes. Tú pones tu dinero allí y el banco lo tiene en su custodia. Con ese dinero hace diferentes tipos de negocios.

Para poder usar un banco necesitas una cuenta, las más comunes son la de ahorro y la corriente. Si estás pensando en abrir una, necesitas saber cuál es la que más se adapta a lo que necesitas y diferenciar una de la otra.

Cuenta de ahorro

La cuenta de ahorro se utiliza para depositar dinero que se va a usar en cualquier momento. Con este tipo de cuenta solo se puede ir al banco, a cualquier cajero automático para retirar o depositar dinero. Cualquiera puede abrirla un saldo mínimo y ganar intereses por poner dinero allí. Este tipo de cuentas manejan tasas de interés que varían de acuerdo al banco con el que se abra.

Las tasas de interés funcionan así: Si la tasa de interés mensual fuera de 2%, significa que el banco pagará al ahorrista $2 por cada $100 ahorrados en un mes. Si ese mismo monto de dinero sigue en la cuenta por más de un periodo mensual, la tasa de interés que se aplica en los montos son cada vez más altos.

Por ejemplo si la tasa de interés mensual fuera de 2% y el dinero ahorrado unos diez mil pesos, al final del mes el banco deberá pagar 200 pesos porque 10.000*2% es igual a 200, lo que quiere decir que el ahorrista tendría 10.200. Cuando finaliza el segundo mes, la retribución del banco será sobre esos 10200, quedando 10402, porque al segundo mes el banco está obligado a retribuir 204 porque 10200*2% es igual 204.

Otra diferencia entre ambos tipos de cuenta es que la de ahorro ofrece descuentos por transacciones. Aunque, depende de la entidad financiera. También tienen un cobro administración anual, es decir, el banco te cobra por guardar tu dinero y ese valor varía según el banco.

Cuenta corriente

La cuenta corriente está destinada a los gastos comunes o corrientes. Se diferencia de la otra porque esta ofrece la posibilidad de emitir y pagar cheques. Generalmente, sin ningún interés. Este tipo de cuentas también la pueden usar empresas para pagar a los proveedores, servicios, nóminas y cobranzas.

Con la cuenta corriente eres tú quién maneja el crédito y cubres tus gastos. Para abrir una cuenta corriente las personas deben tener cierta solvencia económica.

En la cuenta corriente también hacen cobros. Los principales son los impuestos de timbres y estampillas por en cada cheque emitido, la comisión por uso de la tarjeta de cajero automático, el hacer pagos, la comisión por la manutención de la cuenta corriente, y cobros relacionados con los servicios prestados por el banco, como la aclaración de cheques, las copias, solicitudes y demás.

Con la tarjeta débito de cuenta corriente puedes realizar transferencias entre la cuenta de ahorro y corriente. Es decir, poner dinero en tus ahorros o sacar dinero de tus ahorros y ponerlo en tu cuenta corriente. De tal manera que si quieres, por ejemplo, hacer uso de emergencia de tu dinero ahorrado, solo tienes que pasar el dinero.

Así que la principal diferencia entre ambos tipos de cuentas es que, la cuenta de ahorros genera intereses y es con el objetivo específico de ahorrar dinero. La cuenta corriente no genera intereses y su fin es pagar los gastos comunes del usuario ¿Cuál tipo de cuenta te sirve más?